18 ene 2011

“BURÓCRACIA vs MERITOCRACIA”


@BarbaraCabrera

“La burocracia es la respuesta a la falta de pasión”
W.J. Hockstra


La idea de esta columna la tengo en la punta de mi pluma desde hace un buen tiempo; y surge a partir del intercambio de ideas sostenido con una persona muy osada que suele llamar burócratas a todas aquellas personas inmersas en el mundo laboral gubernamental. Y si de algo estoy convencida es que el que generaliza absuelve y utilizar este término tiene implicaciones las más de las veces con tintes peyorativos, las cuales deben analizarse de manera racional y con objetividad.

Respecto a este término, las cuatro acepciones proporcionadas por la Real Academia de la Lengua Española son muy valiosas. Advierte que burocracia proviene del francés bureaucratie y este de bureau, oficina, escritorio, y cratie – cracia. Y es 1) Organización regulada por normas que establecen un orden racional para distribuir y gestionar los asuntos que le son propios. 2) Conjunto de los servidores públicos. 3) Influencia excesiva de los funcionarios en los asuntos públicos; y 4) Administración ineficiente a causa del papeleo, la rigidez y las formalidades superfluas.

Ahora bien, el término burocracia fue utilizado desde el siglo XIX con intención crítica para referirse a la tiránica y egoísta dominación de los funcionarios y en contraposición a la fe liberal que se difundía por Europa.

En un sentido vulgar, se percibe a ésta como el mundo de la rutina, la ineficacia y el papeleo, se sobrepone al técnico, y aún éste no tiene un único significado.

Referente al siguiente vocablo, es decir, la meritocracia; proviene del latín mereo, merecer, obtener; tiene que ver con que las posiciones jerárquicas son conquistadas con base al mérito y hay una predominancia de valores asociados a la capacidad individual o espíritu competitivo. En este tenor, los servidores públicos son seleccionados para sus puestos de acuerdo con su capacidad (a través de concursos, por ejemplo). O se asocia a los exámenes de ingreso o evaluación, así la meritocracia indica posiciones conseguidas por mérito personal.

Ya con estas bases conceptuales, podemos percatarnos lo que implican estas dos palabras: burocracia y meritocracia. Y les cuestiono ¿Cuál de ellas prefieren? ¿Existe un ideal en materia gubernamental para el mejor desempeño de los servidores públicos? ¿De que manera debe darse el ingreso laboral al gobierno? ¿Quién trabaja en el gobierno es necesariamente un burócrata? Lo dejo a la reflexión.

En mi opinión, quien tiene la oportunidad de laborar en una dependencia gubernamental debe estar conciente de que quien paga el sueldo devengado, somos los ciudadanos con nuestros impuestos, los cuales requerimos eficacia y eficiencia en sus labores diarias. Es una ofensa percatarnos que a mayor número de temerosos de asumir grandes responsabilidades, surgirá un mayor número de burócratas dedicados a no asumirlas. Se requieren resultados. Es impresionante ver como las oficinas de gobierno están saturadas de personal y algunos de ellos sin funciones especificas que llevar a cabo.

Definitivamente, para lograr avances contundentes en la administración pública; ejercida a través de los tres poderes: Ejecutivo, Legislativo y Judicial; así como los distintos organismos públicos que dependen de un presupuesto público; necesariamente deberá existir un cambio de cultura que permee en las políticas aplicadas en las dependencias y lleve necesariamente a una modificación en la legislación para que sea una condición indispensable, por ejemplo, la aplicación del servicio civil de carrera, donde el mérito profesional impere por encima de la burocracia. (Véase http://barbaracabrera.blogspot.com/2010/06/la-profesionalizacion-del-poder.html).

Concluyo afirmando, se debe trabajar en modificar los esquemas anquilosados que actualmente aquejan a las dependencias gubernamentales que albergan una burocracia de primer mundo: bien pagada con el menor esfuerzo. Y solo se logrará con voluntad política para desterrar la idea de que los funcionarios son como los libros de una biblioteca: los situados en los lugares más altos son los más inútiles.


Es todo por hoy, ¡Nos leemos en la próxima Nornilandia!