12 sept 2011

“PLIEGO DE OFRECIMIENTOS POR #MéxicoLindoyHerido”


@BarbaraCabrera

“Dejemos atrás las formas ambiguas que dicen: derecho al trabajo o a cada uno el producto íntegro de su labor. Nosotros proclamamos el derecho al bienestar, el bienestar para todos”

Kropotkin


Manifesté vía twitter mi intención de ponerme en huelga a través de la Columna Nornilandia, tuve un efectivo apoyo solidario a este acto de rebeldía como los que regularmente manifestó, sobre todo tratándose de huir del status quo que tanto daño hace a nuestro México lindo y herido.

Así que, iniciada la huelga, no entendida desde el punto de vista convencional, como aquella “acción emprendida de forma individual o por un colectivo social consistente en dejar de hacer una cosa o cosas, dentro de las funciones del colectivo o individuo, para ejercer una presión social, con vistas a la obtención de un objetivo concreto”; es que para efectos de esta Nornilandia la huelga consiste en hacer para construir; en un dar para obtener.

En esta tesitura, como activista democrática y como generadora de una nueva cultura; es de vital importancia desterrar la idea de ir por la vida extendiendo pliegos petitorios, -lo que se haría en la huelga tradicional- mi propuesta consiste en un listado de ofrecimientos que nos lleve a esa nueva visión de ganar, ganar, ganar y seguir ganando.

¿Y cuál es la diferencia entre pedir y ofrecer?, veamos que nos dice la Real Academia Española al respecto:

Pedir proviene del latín petére, rogar o demandar a alguien que dé o haga algo, de gracia o de justicia.

Ofrecer proviene del latín offerre, comprometerse a dar, hacer o decir algo.

Mientras que el pliego petitorio es un listado de exigencia a partir del cual obtenemos algo, ya sea del sector público o privado. Vemos como el pliego de ofrecimientos es una cuestión novedosa, llevada a cabo sobre todo en Japón; donde los trabajadores le ofrecen a sus respectivos patrones mejorar algún servicio, producto o aprovechamiento y le preguntan que ofrecerá a cambio, esa debe ser la cultura que debe imperar y no solo la de exigir - forcejear - ceder en la cual estamos inmersos.

Así que, los invito a ampliar el pliego de ofrecimientos presentado a continuación, ¡¡vamos!!, hagámoslo para rescatar a México lindo y herido. De lo contrario, que la nación nos lo demande:

1. Ofrezco al gobierno una participación ciudadana activa, responsable y proactiva. Tú clase gobernante, ¿te ofreces a escucharme y a tomar en cuenta mis propuestas para juntos, sociedad y gobierno construir una mejor Nación?

2. Me comprometo a continuar pagando puntualmente mis impuestos y de esta manera cumplir mi obligación constitucional de contribuir al gasto del país. Ustedes políticos en el poder, ¿se comprometen a ejercer el gasto público de manera correcta y responsable para el desarrollo de este país?

3. Prometo respetar el marco jurídico de nuestro país. Pregunto a los poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial ¿se obligan a fortalecer el Estado democrático de derecho?

4. Como interesada en los asuntos públicos gubernamentales y para generar propuestas ciudadanas que incidan en el progreso de México, ofrezco hacer uso de mi derecho fundamental de acceso a la información pública consagrado en el artículo 6° Constitucional. ¿Está dispuesto el gobierno a entregarme la documentación requerida en los plazos y formalidades estipuladas en la ley de la materia?

5. Estoy dispuesta a seguir compartiendo los conocimientos adquiridos durante mi formación educativa, así como a la constante actualización para estar a la altura de las exigencias sociales que México lindo y herido necesita, desde la trinchera donde me toque estar. Pregunto al Ejecutivo y al Legislativo ¿están dispuestos a invertir más en la educación, de acuerdo a los estándares que la UNESCO sugiere, sin que ninguna persona en edad y disposición de hacerlo se quede sin un espacio en el Sistema Educativo Nacional?

De entrada, este es el pliego de ofrecimientos que extiendo a la clase política; y advierto que mientras no se cumplan, la autora de esta Columna permanecerá en huelga.


¡He dicho!

Hasta la próxima Nornilandia.