26 ago 2014

“4 PARTIDOS, 3 CONSULTAS”

@BarbaraCabrera

“No hay democracia sin determinación”
Julio Anguita

Un tema en boga es el relativo a la Consulta Popular, que resulta no es una herramienta exclusiva de la ciudadanía, sino que puede ser convocada también por la clase política, incluidos legisladores y Presidente de la República; y, por ende, los partidos políticos. Justo de estos últimos actores, es en quienes centraré la atención en esta Nornilandia.
Vayamos por partes y contextualizo:
·   El artículo 35 Constitucional, relativo a los derechos de los ciudadanos, regula en su fracción VIII este derecho, enumerando/enlistando las bases a que éstas deberán sujetarse (su inclusión data del 10 de febrero de 2014, fecha de publicación en el Diario Oficial de la Federación)
·     La Ley Federal de Consulta Popular, que instrumenta ese parte del artículo constitucional, es de reciente creación, se publicó en el Diario Oficial de la Federación el 14 de marzo de 2014. (Acá su texto íntegro http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/pdf/LFCPo.pdf)  
·        Hasta el momento de redactar esta Nornilandia, son cuatro los partidos políticos que han hecho público su aviso de intención para promover, en 2015, la realización de este instrumento, a saber:
- Para defender el petróleo (#ReformaEnergética) Encabezada por Morena, aunque el PRD también levantó la mano, lo que hace suponer que irían separados, por lo menos en la recolección de firmas.
- Para incrementar el salario mínimo. Auspiciado por el PAN.
- Para eliminar 100 diputados y 32 senadores plurinominales. Promovida por el PRI.
En mi papel de sospechosista, los hago partícipes de algunas interrogantes. Así como van las cosas ¿Será que los partidos políticos en verdad están retomando las preocupaciones ciudadanas? ¿La intervención de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) en el ejercicio de éste derecho ciudadano estará a la altura de miras de una sociedad demandante? ¿Acaso estaremos regresando a la era de monopolio de la representación parlamentaria donde era muy sencillo construir acuerdos porque los diputados eran del presidente? Vean la historia y sabrán porque lo planteo.
¿Por qué mejor no se lleva a cabo una consulta popular para bajar los jugosos sueldos del Presidente y sus Secretarios, Legisladores y Ministros de la SCJN? Digo esto para canalizar la “preocupación” de César Camacho que dijo que con la eliminación de curules, se pretende reducir el gasto público.
Lo cierto es que disminuir plurinominales no debe serlo por percepción, sino a través de un debate concienzudo; por ejemplo, comencemos por ver el sentido de la votación y calidad del debate de los legisladores, veamos con que sistema de votación llegaron a ocupar una curul, conozcamos su labor y no nos dejemos llevar por lo que convocan a opinar los medios y actores tradicionales; pensemos por nosotros mismos. El resultado tal vez les sorprenderá.
Lo cierto es, que la gran mayoría de los habitantes de este #MéxicoLindoyHerido quieren ganar más por el trabajo realizado, por lo que la consulta para incrementar el vergonzante e insultante salario mínimo es una obviedad.
Lo cierto es que la #ReformaEnergética y la entrega del petróleo a las trasnacionales es un asunto que Peña se empecinó en lograr y que ahora es complejo revertir, a pesar de la consulta. Baste ver los transitorios de la ley que regula este mecanismo; aunado a que la defensa de dicho recurso se ha convertido en una bandera que se pelean dos partidos políticos, a ver quien lleva más firmas y, por ende, más agua a su molino. ¿Y los ciudadanos?, se van al mejor postor.
Estamos entre reformas, contrarreformas, juicios personales sobre la productividad legislativa, falta de mecanismos para exigir cuentas a las autoridades/gobernantes y representantes. Sumidos en un fenómeno de desafección de la ciudadanía hacia los políticos; en época de falta de legitimidad del Ejecutivo; en tiempos donde el Poder Judicial está conformado por seres grises y poco transparentes.
Tal parece que en 2015 estaremos estrenando este mecanismo denominado consulta popular, pugnemos y hagamos que no se desvirtúe en una vulgar guerra de consultas.
La cuestión es si los ciudadanos en este tipo de consultas tendremos la última palabra, por aquello de no acudir a emitir opinión o seguiremos en las mismas y esto se erigirá en una consultitis auspiciada por políticos electoreros.
Lo dejo a la reflexión para el intercambio de ideas.
 Es todo por hoy.
¡Nos leemos la próxima Nornilandia!