12 may 2015

JUGANDO A SER TRANSPARENTES

¿Y la transparencia… para quién? #SeanSerios

@BarbaraCabrera

Después de un polémico transitar por el proceso legislativo, el 4 de mayo de 2015 se publicó en el Diario Oficial de la Federación la nueva Ley General de Transparencia y Acceso a la Información Pública, cuya estructura es de 9 Títulos, 33 capítulos; 216 artículos permanentes y trece transitorios. [Aquí pueden consultar el texto íntegro http://bit.ly/1AAF2b9] Ello acompañado del ya tradicional evento lucidor de promulgación del señor Peña; de esos que tanto le gustan, aunque no le aplaudan.
Cuando hablamos de transparencia es oportuno irnos con cuidado; y si a esto le sumamos que es gubernamental: pies de plomo y mente crítica, son elementos indispensables para dilucidar de qué trata y sus alcances.
Lo he manifestado en diversos foros: transparencia no es lo mismo que acceso a la información; el primero es un concepto abusado en su uso; mientras que el segundo, de solo mencionarlo a cualquier gobernante les causa un miedo inusitado.
Comienzo por hablar de transparencia: Cualidad de transparente; para seguir con transparentar: Permitir que se vea o perciba algo a través de él; y finalmente transparente: Que se deja adivinar o vislumbrar sin declararse o manifestarse / Claro, evidente, que se comprende sin duda ni ambigüedad. Definiciones de las cuales nos ilustra la Real Academia de la Lengua Española.
Mientras que, acceder a la información implica tener/conocer/reconocer técnicas que hagan posible buscar, localizar, catalogar, solicitar, inquirir la documentación deseada a través de distintos sistemas como bases de datos tradicionales o utilizando las TIC.
Es decir, transparentar es poner algo (lo que sea y en cualquier condición) en una vitrina para que todos lo vean. Acceso a la información implica un siguiente nivel; toda vez que no todo lo transparente es accesible, aunque lo parezca, ya que esta tras una vitrina; y no todo es accesible, tratándose de información gubernamental. Las pautas las establecen las leyes y reglamentación expedida.  
[Para conocer más, desde una de mis líneas de investigación, generación y aplicación del conocimiento aporto estos “Apuntes de Transparencia”, publicados en Quaestionis Núm. 10. Año 1. Noviembre-diciembre 2013, abstrac consultable en http://bit.ly/1jiDY7I artículo donde, entre otros tópicos, explico los pasos necesarios para implementar y consolidar estas temáticas en el ámbito gubernamental]
Y aunque el IFAI se transformé en INAI por iniciativa peñanietista, habremos de estar atentos si en verdad hacen frente a los retos que implica establecer un sistema nacional de transparencia, entre muchas otras de sus funciones; o si únicamente estaremos ante un solo cambio de letra: la N por la F.
¿Transparencia cuando el tema de la “Casa blanca” no ha sido resuelto y hasta la víctima se hizo la ex actriz Angélica Rivera?
¿Transparencia cuando la familia presidencial se da vida de pachá a costilla de nuestros impuestos cada vez más altos y menos reflejados en un beneficio palpable?
¿Transparencia cuando las casas de malinalco de Luis Videgaray, la de Osorio Chong en Las Lomas, la recién adquirida de Rodrigo Medina de la Cruz en San Pedro Garza García; y las que se agreguen, se suman a las fastuosas/opulentas residencias de los enquistados en el poder, sin que las cuentas nos cuadren a nosotros los ciudadanos, ni mucho menos aquellas correspondan a sus sueldos?
¿Transparencia cuando se dejo fuera de la nueva Ley la posibilidad de conocer las declaraciones patrimoniales de los gobernantes, dando con ello posibilidad de que se enriquezcan sin percatarnos de ello?
¿Transparencia cuando callan a los periodistas que buscando la verdad dan a conocer los excesos de la clase gobernante?|
¿Transparencia cuando este país en el ranking de la corrupción esta situado en el lugar 103 de 177 países, tal como lo revela el Índice de percepción de la corrupción 2014?
¿Transparencia cuando México ocupa un deshonroso penúltimo lugar en materia de impunidad de 59 países que cuentan con información estadística suficiente para el cálculo del Índice Global de Impunidad 2015?
¿Transparencia cuando el señor Peña desestima públicamente la corrupción que padecemos diciendo que se trata de un “fenómeno cultural”?
Lo cierto es que con tremendos monumentos a la corrupción; con las evidentes complicidades en conflictos de intereses; compadrazgos consolidados; desigualdad e inseguridad; reciclaje político; impunidad en el ambiente; se vuelve urgente la intervención ciudadana para detener los derroches institucionales; lo que implica ciudadanos participativos, observantes y exigentes, que utilicen los mecanismos de acceso a las informaciones existentes. Piénsenlo bien y verán como al gobierno le gustamos callados, porque estaríamos como ausentes.
¿A qué juega el gobierno? Sin duda alguna, en esta ocasión, a la transparencia. Desde estas letras le digo al señor Peña y seguidores: los grandes problemas nacionales de ninguna manera y bajo ninguna circunstancia se resolverán controlando la información y simulando una de por sí opaca transparencia. El problema no es de leyes, sino de voluntad política y de acción ciudadana.
Estamos en una época de desafíos importantes. Recuerda, si alguien generará cambios para rescatar lo que nos queda de país, seremos los ciudadanos. Por eso demos un contundente paso y este 7 de junio #QuítaleElCongresoAPeña
Por hoy es todo.
¡Hasta la próxima Nornilandia!