23 jun 2015

NO #MEMES

Para los memes… se usan las TIC

@BarbaraCabrera

“Existe un aumento preocupante de la censura online en los gobiernos”
Eric Schmidt

Todo comenzó una tarde en Twitter, cuando una nota dio la vuelta en 140 caracteres; con tweets propios, retuiteados, faveados y citados, que se propagó como pólvora no solo en la twittósfera, sino en algunas otras redes ¡Una diputada local del PVEM propuso en el Congreso de Sonora una iniciativa que intenta castigar a quien se atreva a utilizar memes en las redes sociales! específicamente tratándose de funcionarios públicos.
Vayamos por partes.
Comencemos por examinar esta definición: meme es un término utilizado en el mundo de Internet para describir una idea o un símbolo que se transmite de forma explosiva a través de los medios de Internet (e-mail, redes sociales, blogs, noticias, entre otros servicios) Meme viene de la palabra griega mimema que significa “algo imitado”, y representa una forma de propagación cultural, un medio para que la gente transmita memorias sociales e ideas culturales entre sí. Estos memes – que en español se les puede llamar fenómenos de Internet- se comportan como un virus, en el sentido de que se pasan de persona a persona de forma rápida, transmitiendo la idea que representan, de ahí que se les refiera a veces como transmisiones virales. [Fuente: http://abt.cm/1JSYrw8]
En este sentido, es posible deducir que el manejo de este recurso, representa una libre manifestación/expresión en esta Era Digital, que se caracteriza por una marcada Revolución Tecnológica, lo cual permite popularizar/posicionar un tema determinado y para ello se vale de elementos gráficos; es decir, a partir de los memes, es posible dar cuenta -de manera inmediata- de algún suceso; informarnos de manera más amplia, dependerá de cada quien.
Pues bien, la aludida legisladora suplente de nombre Selma Guadalupe Gómez Cabrera, tuvo la “iluminada idea” de regular –entre otros puntos- el uso de memes, utilizando en su iniciativa términos/expresiones ambiguas en su interpretación como: abuso del derecho de la información, juicios insultantes, daño injustificado a la dignidad humana, límite de lo tolerable, insinuaciones insidiosas y vejaciones en el ejercicio de la libertad de expresión y derecho a la información.
De hecho, en uno de los apartados de su texto se apunta que los: “memes constituyen como algún tipo de difamación que afecta a las familias y a la sociedad” [En efecto, estamos leyendo bien y recalco: afecta a las familias y a la sociedad ¡que tal!]
Cuando se le preguntó sobre de su proyecto de Ley de Responsabilidad Civil para la Protección del Derecho a la Vida Privada, el Honor y la Propia Imagen (la iniciativa íntegra es posible consultarla en el siguiente link https://es.scribd.com/doc/269065687/Ley-Responsabilidad-Civil-Sonora) manifestó con endebles argumentos el porque de su propuesta: “tenemos que tener esta ley para defendernos a todos de la difamación, porque es muy fácil escribir un mensaje sin bases”. Y aderezó su propuesta, afirmando que los memes en las redes sociales deben ser penalizados porque atentan en contra de la dignidad de los funcionarios públicos.
En esta tesitura, las reacciones y los memes no se hicieron esperar, quien condeno la existencia de esta forma de expresión en redes ha sido convertido en uno. Los tuiteros la han llamado #LadyMeme.
Es oportuno decir que ésta propuesta no es la primera intentona –y supongo no será la última- por legalizar estas situaciones. Un primer antecedente en México data de 2011, cuando diputados del Estado de Hidalgo plantearon la necesidad de crear una legislación que regule las redes sociales. En aquellos ayeres, el diputado Crisóforo Rodríguez Villegas del Partido Nueva Alianza dijo “si bien las redes sociales son un medio de expresión, y en México la libertad de expresión está garantizada, en muchas de las ocasiones Facebook y Twitter se prestan para denostar y agredir a los entes públicos”.
En el panorama internacional, aunque Rusia da el mal ejemplo en la regulación de memes de personas famosas, al considerarlos ilegales; tenemos otros modelos, como Chile donde el 3 de julio de 2014, siete diputados de aquel país, encabezados por Jorge Sabag, del Partido Demócrata Cristiano, presentaron iniciativa que buscaba modificar el Código Penal del país para –según ellos- perfeccionar la protección de la dignidad de las autoridades. Con su texto se intentaba castigar con una multa de 600 mil pesos chilenos (equivalente a unos $13 mil mexicanos) a “quienes realicen amenazas o profieran insultos contra la autoridad por medio de plataformas electrónicas, ya sea de forma textual o gráfica” e incluso llevaría a la cárcel a quienes lo hicieran de manera reiterada o lo difundieran. En menos de 24 horas, Sabag retiró el documento argumentando que no había revisado lo que sus asesores escribieron.
Todo ello, me evoca una desafortunada campaña en Veracruz que mis lectores pueden visualizar en la siguiente imagen para que saquen sus propias conclusiones:
¿El gobierno tiene miedo? ¡Indudablemente!
Acerca de la regulación de memes estamos ante… ¿Ocurrencia legislativa? O ¿miedo a ese efecto que causa ser viral en Internet con sus respectivas consecuencias?
Al final, ¿qué sería de nuestra travesía por las redes sociales sin los memes? Acostúmbrense todos –sobre todo los de piel sensible- que la memecracia que nos rodea, llegó para quedarse.
Es todo por hoy.
¡Hasta la próxima Nornilandia!