14 mar 2018

¡VOTARÉ! ¿VOTARÁS?


Si tu respuesta es NO, sigue leyendo. Te conviene. En caso afirmativo, que tu voto sea libre, razonado y para rescatar lo que nos queda de país 
@BarbaraCabrera

Estamos en esa incómoda época llamada intercampañas, donde el Instituto Nacional Electoral dijo que no se puede debatir, y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación determinó hace un par de días que sí se puede. ¡Así la situación con el árbitro electoral!, ese mismo que al estilo de los que median los partidos de fútbol, asoman de vez en cuando sus preferencias, pero esa es otra historia.
Pues bien, en este periodo que se antoja mágico-cómico-musical, ya sabemos quienes estarán en la boleta. Nos han mostrado sus rostros, intenciones, sus mañas, filias y fobias desde otro invento legislativo llamado precampañas.
Y en toda esta vorágine se preguntarán ¿y nosotros los ciudadanos qué? ¿Dónde quedamos? ¿Acaso solo seremos presas de los suspirantes por un hueso que se hacen presentes y luego desaparecen por arte de magia? ¿Cómo evitar que los candidatos hagan lo suyo: acariciar perros, abrazar y besar a quien se deje, cargar bebés, sonreír, saludar corto-largo largo-corto; tomarse selfies, placearse, comer tacos a mano limpia y presumirlo, o hasta berrear una canción para demostrar ser cool? ¿De qué manera no caer presas de las Fake News?
La palabra es: INFORMACIÓN, además de no dejarse sorprender por descaradas muestras de cariño electoral que pasado el proceso, terminarán. Es importante escuchar lo que dicen, ver de quienes se rodean y porque lo hacen; preguntarles a través de distintas plataformas acerca de temas torales y coyunturales, (por ejemplo: las cuatro preguntas que Gonzalo Oliveros en su Golpe de Estado por RMX radio, plantea a los candidatos, con las que podemos darnos una idea de quienes son: ¿Legalización de la marihuana?, ¿Despenalización del aborto?, ¿Adopción homoparental? y ¿Despenalización de la muerte asistida (eutanasia)?. Sin olvidar contrastar la realidad con los discursos. En definitiva, ¡No dejarnos chamaquear!
¿Todavía crees que tu voto no importa? ¿Consideras que tu voto, no vale nada?
Eso es lo que pretenden que pienses los anulistas al servicio del poder o de la ignorancia.
Si no votas, dejas en manos de unos cuantos el rumbo del país.
Si no votas serás amado por el Sistema y por quienes detentan el poder.
Si no votas estás perdiendo una valiosa oportunidad de contribuir a un cambio.
Si no votas, ese dinosaurio que está aplastando al país y ofertándolo al mejor postor, continuará haciendo de las suyas.
Pensar en no votar es considerarse derrotado desde este momento.
Entonces:
Si yo voto, estoy ejerciendo mi derecho a decidir y ser factor de influencia con quienes me rodean.
Si tú votas, esos que pisotean a la mayoría y están enquistados en el poder se cimbrarán.
Si él vota, formará parte de aquellos que optaron por no quedarse callados.
Si nosotros votamos, sumamos.
Si ustedes votan, cada vez seremos más los que daremos rumbo a este país y de manera paulatina se reflejará en una mejor calidad de vida.
Si ellos votan, sabrán que estarán marcando la diferencia.
Si todos votamos, comenzarán a tomarnos en serio.
Al final, no es José Antonio Meade, ni Ricardo Anaya, ni Andrés Manuel López Obrador; ni siquiera “los independientes” Margarita Zavala, Armando Ríos Piter o Jaime Heliodoro Rodríguez; somos nosotros, los ciudadanos los que podemos (y debemos) dar rumbo a este país. Cuando lo entiendan, actuarán y tomaremos las riendas. ¿Quién dijo miedo? 
Es todo por hoy.
¡Hasta la próxima Nornilandia!